domingo, 26 de junio de 2011

Las "andanzas productivas de un grupo de docentes"... gracias a Alejandro Piscitelli

No pasa todos los días que un proyecto se materializa.
Una idea que comienza chiquita, empieza a juntar voluntades, incorpora otras ideas, se las prueba y va tomando forma, color, logra un poco más de consistencia. Y en ese camino encuentra apoyos,  obstáculos; retrocede, después avanza y se ilusiona, de golpe se duerme y todo parecería indicar que quedó ahí…. y de pronto surge y se concreta.

En pocas líneas y menos palabras, es cómo llegamos a hoy y al fin de una semana fantástica para nosotros. Sorprendente también, porque ya podemos ponerle cara y situación a tanto aprestamiento. Y finalmente los recibimos, y les contamos nuestras intenciones.

Encontramos una gran cuota de expectativa mezclada con entusiasmo y en general, la voluntad de asumir el desafío de cambiar las prácticas con la excusa de integrar la tecnología y romper con las estructuras rígidas que insisten en atarnos a contenidos vetustos. También, algo de intriga y expectación a veces distante, que esperamos desmenuzar en los próximos encuentros.

Vimos cómo algunos asentían,  encontraban coincidencias en lo que vinimos a proponer, charlamos con otros que compartían historias de intentos en la búsqueda del cambio, de incipientes experimentos de tantear  las redes sociales “para buscar a los alumnos donde están”. 

Exploramos  los elementos de la Actitud 2.0 buscando que nos ayuden a rediseñar el rol y repetimos en cada ocasión, la relevancia de la colaboración, la interacción, la posibilidad de borrar las paredes del aula y multiplicar los minutos de clase con nuevos planteos. 

Comenzamos recién este camino con la gran ambición de aportar en la fundación de “la escuela que nuestros alumnos necesitan”, cediendo el lugar conocido por otro que revista significatividad para los tiempos que vivimos. Y seguimos andando, para que se convierta en cierta la frase de Alejandro.

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